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LOS INVITO A DESCUBRIR LOS SECRETOS COSMICOS

viernes, 23 de agosto de 2013

La Conexión Magnética entre el Sol y la Glándula Pineal...

Foto: La Conexión Magnética entre el Sol y la Glándula Pineal...

La relación entre la glándula pineal y el Sol es un emblema de la relación entre el hombre y el cosmos. Hasta ahora hemos visto, desde una perspectiva científica, que la glándula pineal, a través de una sensibilidad –no del todo entendida– a los campos magnéticos, convierte la luz del sol en un determinado estado mental. Aquello que se genera a millones de kilómetros de distancia en la corona de una estrella acaba siendo parte de nuestra modulación psíquica (el Sol se convierte en tus pensamientos). Esto, a grandes rasgos, parece ser un razonamiento científicamente intachable . Esto de manera más sutil, es justamente lo que la filosofía mística (o ciencia oculta) lleva diciendo miles de años. 
Que la glándula pineal podía ser un órgano para percibir una luz invisible (un campo magnético, por ejemplo) fue claramente atisbado por el pensamiento védico. En los Upanishads se habla del ser humano como una entidad compuesta por 10 puertas. Nueve de ellas (los ojos, las fosas nasales, los oídos, la boca, la uretra, y el ano) llevan hacia fuera, a la percepción del mundo exterior. La décima puerta, el tercer ojo (ubicado en el  ajna chakra, en el entrecejo, en el caso de Shiva, entre una guirnalda de serpientes) es el puerto de acceso a los mundos interiores (al decir interiores la referencia es a las habitaciones interiores de la mansión de la mente de Dios, donde yacen los mundos superiores, las dimensiones astrales). El tercer ojo es siempre, a través de diversas culturas, la apertura divina –la visión holográfica–  dentro del ser humano.
En el Bhagavad Gita se habla de la apertura de esta puerta en el momento cúlmen:
Aquel que en el momento de la partida no distrae su mente y su amor, estando en el Yoga (en fusión con Ishvara [el Sol detrás de la oscuridad], con el Dios Creador, la Conciencia Primordial), quien abre el pasaje de energía entre los ojos – aquel obtiene el más Alto Espíritu Divino.
Según la filosofía vedántica advaita, el ser humano proyecta sus propios atributos en el Brahman, el supremo espíritu cósmico.
La aparición del infinito Brahman en la finita mente humana es conocida como Ishvara, también representado en el Bhagavad Gita como el Sol. De aquí  es posible extrapolar una relación intrínseca en la recurrente representación de la divinidad como el Sol en la mente humana, de la luz como lo divino.
La evolución religiosa de esta relación entre la glándula pineal y el Sol (una relación del hombre como imagen de Dios) tiene un claro hito en Egipto. Aquí tenemos una serie de repersentaciones que parecen indicar que los egipcios tenían conocimientos de la glándula pineal asociados con un tercer ojo, u ojo espiritual. Por una parte tenemos la representación como un ojo único de Horus, el dios del Sol, hijo de Osiris e Isis (“el hijo del nuevo eón”) y como tal símbolo de la fusión de los opuestos –al igual que la glándula pineal yace en el centro del cerebro, entre los hemisferios y entre los dos ojos. 
La pregunta fundamental es si el  tercer ojo, ubicado en la glándula pineal, esa puerta solar secreta en el cerebro humano, es solamente una metáfora de la iluminación (y de la aniquilación de la dualidad) o verdaderamente un órgano en estado de duermevela que puede activarse a través de ciertas técnicas arcanas y de una correcta interacción con la energía electromagnética que proviene del cosmos en la forma de fotones (la partícula que no tiene antipartícula, unidad cuántica de la información en su estado puro e indeterminado). Muchos de los grandes místicos de la historia de la humanidad han hablado metafóricamente de la iluminación haciendo referencia a un ojo que percibe lo que yace velado y que desencadena un cambio sustancial en la conciencia orgánica.
 “La luz del cuerpo es el ojo; de esta forma a si tu ojo es uno, todo tu cuerpo estará lleno de luz”.
Se le atribuye a Buda haber dicho “Oh hombre de nobleza,  recuerda el cielo puro abierto de tu naturaleza verdadera. Regresa a él. Confía en él. Es tu hogar”, lo que se interpreta como una metáfora de la (re)apertura del tercer ojo –también simbolizado como una perla de luz azul.
La vida es una flama pura y vivimos con un sol invisible dentro de nosotros. Ese Sol invisible, es el ojo secreto que participa en la Luz Divina.
El misterio está cifrado en el lenguaje de los símbolos y la trinidad entre el Ojo, el Sol, y Dios es uno de los andamios simbólicos más profundos y enigmáticos...

Fuente: http://djxhemary.wordpress.com/tag/dmt/

La relación entre la glándula pineal y el Sol es un emblema de la relación entre el hombre y el cosmos. Hasta ahora hemos visto, desde una perspectiva científica, que la glándula pineal, a través de una sensibilidad –no del todo entendida– a los campos magnéticos, convierte la luz del sol en un determinado estado mental. Aquello que se genera a millones de kilómetros de distancia en la corona de una estrella acaba siendo parte de nuestra modulación psíquica (el Sol se convierte en tus pensamientos). Esto, a grandes rasgos, parece ser un razonamiento científicamente intachable . Esto de manera más sutil, es justamente lo que la filosofía mística (o ciencia oculta) lleva diciendo miles de años. 

Fuente: http://djxhemary.wordpress.com/tag/dmt/
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