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LOS INVITO A DESCUBRIR LOS SECRETOS COSMICOS

sábado, 15 de octubre de 2011

Cómo son los seres de las Pleyades?.




Si nosotros les hiciéramos la misma pregunta, ¿cómo responderían? Tal vez no han pensado lo difícil que es decir como es uno, especialmente cuando se trata de describir a alguien que pertenece a una dimensión diferente a la de ustedes. Lo intentaremos: Nosotros, los que llegamos desde las Pléyades, somos más bien altos, eso esforzándonos por utilizar el criterio de las medidas que les pertenece totalmente, así es, somos altos muy iguales de estatura y peso ya que nuestros factores ecológicos son colectivos y hemos dominado por completo nuestra genética. La descendencia y los factores atávicos relativos no tienen ascendente en nuestro nacimiento. El conocimiento que ustedes llaman cultura nosotros lo adquirimos espontáneamente al momento de nacer, por eso nuestras escuelas son únicamente de perfeccionamiento y así el conocimiento no está estancado.
Existe personalidad, esfuerzo, actividad mental; pero lo que ustedes llaman “ser inteligente” entre nosotros es muy diferente, todos somos igualmente inteligentes ya que todos somos intérpretes instintivos de la Inteligencia Cósmica y nuestros cerebros son elementos vibratorios del conocimiento universal, no en forma reproductiva sino más bien receptiva; desconocemos ese sistema vuestro racional, y los problemas que les afectan a ustedes nosotros los solucionamos con una elemental computadora electrónica. En fin, nuestros cerebros no son racionales en el sentido que ustedes le dan a eso, son exclusivamente intuitivos y eso para nosotros es una forma máxima de raciocinio que nos permite instantáneamente constatar, interpretar y decidir actuando en una secuencia espontánea que no se basa en cromosomas memoria y otros factores cerebrales individuales y deductivos, pero sí en un positivismo cósmico generalizado que nos sitúa mental, instantánea y coherentemente haciendo que la actuación sea inherente siempre a ese positivismo universal. En pocas palabras, su inteligencia es individual y por lo tanto relativa y variante en cada individuo, la nuestra es universal, por lo tanto racional en el sentido de un racionalismo puro y altamente consecuente; todos poseemos un mismo coeficiente mental, muy elevado, que nos coloca en un mismo nivel psíquico. Nuestra actividad mental estriba en la permanencia psíquica estabilizada y en ustedes tiene una constante proyección evolutiva.

Esta estabilidad mental nuestra nos obliga al control permanente de todas las manifestaciones pensantes del Universo, sujetas por su misma esencia progresiva y evolutiva a perturbaciones, alteraciones y desviaciones; eso es, ustedes y muchos otros seres del espacio están libres en sus formas evolutivas racionales, pero los factores limitativos nos pertenecen ya que somos responsables de que el orden cósmico no se altere; de allí nuestra constante vigilancia. Estamos siempre lejos y siempre cerca de ustedes, siempre lo hemos estado, en lo que ustedes llaman presente y pasado aunque esas expresiones son inconsecuentes con nuestro concepto amplio y total del espacio-tiempo, ese mismo concepto que nos permite interpretar lo infinito y lo eterno.

Pertenecemos a otra dimensión y por lo tanto a otras vibraciones, ustedes pertenecen a su 3a.
dimensión que nos otros llamamos dimensión solar, con su frecuencia espectral específica. En lo que se refiere a la percepción, ustedes no pueden oír sonidos que pertenecen a otras frecuencias (ultra sonidos), ni percibir luz e imágenes pertenecientes a otras vibraciones (rayos cósmicos, rayos X, infrarrojos, etc.). Cuando nuestras naves espaciales en misión de acercamiento a la Tierra, a veces han desaparecido como desintegrándose delante de sus ojos, sencillamente ese “desaparecer”, que puede haberles parecido inexplicable, se debe a un cambio de frecuencia de nuestras naves que al regresar a su dimensión no mal vuelven a ser imperceptibles para ustedes y sus frecuencias solares.

Desean contactos directos, sensibles y visibles, entre nos otros y ustedes, pero piensen que para lograr eso debemos entrar en su dimensión, es un ejercicio que constantemente estamos haciendo y a veces nos cuesta bastante; sería como para ustedes acondicionarse con el fin de penetrar en un gran hormiguero y ponerse a hablar y disentir de ciencia con las hormigas, que entre otras cosas poseen una inteligencia más cercana a la nuestra que la de ustedes, sin ofender a nadie. Lo que a ustedes les produciría el contacto con radiaciones atómicas, eso mismo y algo más les podría producir un con tacto directo con nosotros si no nos acondicionamos antes, recuerden que tanto las radiaciones atómicas como nosotros pertenecemos a frecuencias, muy parecidas, no asimilables por ustedes y antes de tener contactos debemos estabilizar nuestros contadores de frecuencias a sus longitudes. El largo de onda normal del ser humano es de aproximadamente 9,48 micrones; el largo de onda de los vegetales en su tierra, el del color verde es de 53,6 micrones, esto lo saben también uste des, bastante diferencia entre un organismo animal y uno vegetal, ¿no les parece? ¡Por eso es que los hombres y las plantas se entienden tan poco! Nuestra longitud de onda es sumamente corta, hablamos de fracciones de micrones. La frecuencia espontánea del hidrógeno es de 1 .420 megaciclos y es la que facilita nuestras comunicaciones porque escapa a la absorción jónica en las capas húmedas de su atmósfera, además es la única que permite las comunicaciones entre galaxias. Nosotros vivimos en estas frecuencias.

Los rayos cósmicos para nosotros tan naturales como sus rayos solares en su atmósfera baja son capaces de traspasar capas de plomo de 45 m de espesor. Nosotros estamos total mente acondicionados para asimilar esta clase de rayos y su dureza. Estas son nuestras vibraciones, quizás entiendan lo difícil que es entrar en íntimo contacto con las de ustedes. Para explicarnos mejor, ¿qué pasaría si alimentaran uno de sus transistores de 6 voltios con una fuente energética de 12.000 voltios? Un profano podría pensar que así oiría mejor la música de su radio, nosotros pensamos que no sería así y que sus cajas de música y palabras quedarían destruidas. Les estamos contestando parcialmente a eso de cómo somos.

Vivimos 1.300 años aproximadamente, entendiendo eso de vivir y eso de años como lo entienden ustedes; después de los 1 .300 años nos regeneramos siempre que el Consejo de los 24 Padres así lo disponga y volvemos a nacer, no como en tienden ustedes el nacimiento sino diferente. Nuestras mujeres no poseen órganos de reproducción como sus mujeres, el acoplamiento entre macho y hembra existe ya que ésta es prerrogativa cósmica igual que el amor; el acoplamiento en nosotros genera una vitalidad intrínseca que permite poner en resonancia a dos seres en un estadio vibratorio, parecido a lo de ustedes, pero en una total plenitud material y espiritual al mismo tiempo, eso no fertiliza óvulo alguno porque nuestros órganos son todos tendientes a lo psíquico, pero sí engendra potencia revitalizadora. Nuestra niñez no se manifiesta físicamente, nuestros cuerpos se parecen en toda época y circunstancia de nuestra existencia; un varón nuestro de 20, 40, 60 o 100 años no difiere en nada de uno de 700 o 1.000 años, lo único que nos distingue son los distintivos de barras que llevamos permanentemente en nuestro cuello. Ellas son de oro, plata y bronce y el 30 de Mayo de ustedes celebramos la gran Fiesta de las Barras en Pléyades, aunque el día nuestro tiene 96 horas de las de ustedes.

Al llegar un día nuestras naves es probable que alguno de ustedes tenga contacto con algún representante nuestro, cuente sus barras en el péndulo del cuello y no se equivoque en clasificar su jerarquía, el oro para nosotros no es el metal más valioso, el bronce vale mucho más.


Extracto de:
SAO ME HA DICHO…
Coloquio Con Un Ser De Las Estrellas
FUNDACION SAO A.C.

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