El origen de nuestro universo tridimensional podría ser el colapso de una estrella cuatridimensional en un agujero negro y el Big Bang sólo nuestra percepción de un enorme espejismo cósmico.
Hay una teoría que cíclicamente vuelve a
ser formulada en la cresta de la física moderna, con diferentes
matices: que nuestro universo es una ilusión y/o que sólo puede ser
explicado conjurando una dimensión superior –y por lo tanto nuestra
realidad es incompleta o existe un orden superior invisible. Quizás esto
puede explicarse porque las matemáticas son esencialmente platónicas –y
los físicos que describen el universo bajo la perfección congelada de
las matemáticas son inextricablemente parte de la escuela de pensamiento
de Platón que nos legó la noción del mundo de las ideas y del tiempo
como una proyección de la eternidad.
La portada del mes pasado de la revista
Scientific America lleva el título de “El Agujero Negro al Prinicipio
del Tiempo”, en referencia a un artículo escrito por el físico
canadiense Niayesh Afshordi y dos colegas del Instituto Perimeter de
Física Teórica. La mezcla de física con filosofía griega es
irresistible:
En su Alegoría de la
Cueva, Platón describió a unos prisioneros que habían pasado toda su
vida encadenados a un muro en una oscura caverna. Detrás de ellos yace
una flama, y entre la flama y los prisioneros desfilan objetos que
proyectan sombras en el muro dentro de su campo de visión. Estas sombras
bidimensionales son las únicas cosas que los prisioneros han visto –su
única realidad. Sus cadenas les han impedido percibir el mundo
verdadero, un reino con una dimensión adicional al mundo que conocen,
una dimensión rica en complejidad –insondable para los prisioneros
–capaz de explicar todo lo que ven.
La teoría de los físicos del Instituto
Perimeter sugiere que ya que no podemos explicar cabalmente todo lo que
vemos, especialmente el Big Bang, es razonable evocar una dimensión
superior para poder hacerlo (de la cual nuestro mundo es un eco),
especialmente cuando las matemáticas la sustentan. La alegoría de la
cueva parece estar más viva que nunca.
El modelo estándar de la física dice que
el universo estalló de un único punto hiperdenso, de una singularidad
–pero nadie sabe que fue lo que detonó esa explosión. La nueva teoría
sostiene que el universo se formó como un residuo expulsado cuando
colapsó una estrella cuatridimensional en un agujero negro –lo cual
podría explicar por qué nuestro universo aparenta ser uniforme en todas
direcciones.
En nuestro universo, un agujero negro está delimitado por una superficie
esférica conocida como un “horizonte de sucesos”. Mientras que en el
espacio tridimensional ordinario se necesita un objeto bidimensional
(una superficie) para crear una frontera dentro de un agujero negro, en
el universo hiperespacial el horizonte de sucesos de un agujero negro
en 4D sería un objeto 3D. Modelando la muerte de una estrella 4D,
Ashfordi descubrió que el materia expulsada formaría una” brana”
tridimensional rodeando el horizonte de sucesos, y lentamente se
expandiría.
La idea fundamental de esta teoría es
que nosotros podríamos estar viviendo dentro de esa “brana” (un término
que viene de la palabra “membrana”, usado en la teoría de cuerdas) y
confundiendo el crecimiento de esa brana con la expansión del cosmos.
“Los astrónomos midieron esa expansión y extrapolaron que el universo
debió de haber comenzado con el Big Bang –pero eso sólo es un
espejismo”, dice Ahsfordi. Ese espejismo cósmico sería como un
holograma, generado por el colapso de una estrella en otro universo.
Ashfordi señala que su teoría es
matemáticamente plausible y es capaz de realizar predicciones por lo
cual podía comprobarse. Desde dentro del holograma, en este universo 3D
resulta fascinante pero también una especie de laberinto teórico
inescapable. Al mismo tiempo nos deja en un estado de asombrosa
pequeñez. ¿Acaso cada estrella que colapsa en un agujero negro
introyecta un nuevo universo? ¿Acaso esto puede ocurrir también en
dimensiones más altas dentro de la capas de cebolla cósmica y así
sucesivamente? De cualquier forma lo más probable es que no sólo no
seamos los único seres vivos inteligentes en este universo, sino que es
muy posible que existan infinitos otros universos, muchos de los cuales
ocurrirían en dimensiones más altas, con todo lo que eso puede
significar. Esto para poner en escala nuestros problemas cotidianos –que
por sí lo dudabas, no son más que parpadeantes ilusiones en un vasto
cosmos insondable.
Con información de The Daily Galaxy
publico:pijamsurf.com
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