Cassini nos regala un cuadro de alquimia visual, en el que entrevemos la misteriosa relación entre los planetes de nuestro sistema, símbolos de nuestros arquetipos, pedazos de nuestra mente que flotan en el cielo.
La sonda espacial Cassini quizás sea autora de la más refinida poesía visual que hemos podido disfrutar dentro de la observación del sistema solar en los últimos años, y es que difícilmente existe un planeta más elegante que Saturno para establecer sus composiciones.
Las imágenes aquí presentadas, recientemente publicadas por la NASA, muestran a Venus a través del sistema anular de Saturno, una luz pequeña pero aún visible en la distancia cósmica. El encuadre es especialmente representativo para nosotros ya que Venus brilla sobre el amanecer en Saturno –desde esta perspectiva posicionándose también como el “lucero del alba”. El azul que se observa no es, se debe al polvo espacial reflejado en el anillo E de Saturno.
Esta sublime conjunción evoca una danza ritual entre el planeta del amor y la belleza, y el planeta de la melancolía (el humor secreto del alquimista), también padre de los dioses. La majestuosidad minimalista de Cronos, el bestial tirano, Sr. de los Anillos, que en su reverso es un elegante anciano que conoce como nadie la armonía de las esferas y que se desempeña como el guardián de la puerta del oro y la seducción de Afrodita, la ufana e irresistible diosa del placer sensual, Reina de las Hadas, la estrella más brillante del firmamento, llamando entre las líneas de un sombrío cuerpo celeste.
pijamasurf.
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