Ciencia
Lo reveló la Agencia Espacial Europea, tras ocho años de observaciones del planeta vecino a la Tierra.
Sucede que el grosor de la atmósfera
de Venus impide ver cómo es la superficie de ese planeta. Por eso, para
poder analizarlo, se utilizaron los radares de distintas misiones, los
que han revelado que el planeta está cubierto de volcanes, explica la
ESA en su página web.
Venus Express, que concluyó el pasado año sus observaciones, llevó a cabo una serie de medidas en diferentes longitudes de onda para aclarar esta cuestión.
Las investigaciones muestran que Venus es "casi exactamente del tamaño de la Tierra y tiene una composición similar", así que la ESA considera probable que tenga una fuente de calor interno que es probable que escape en forma de erupciones volcánicas.
Según la Agencia, algunos modelos de evolución planetaria sugieren que en Venus se generó una superficie nueva después de una inundación cataclísmica de lava hace alrededor de 500 millones de años, pero esta cuestión nunca se ha aclarado y la posibilidad de que continúe activo hoy sigue siendo una cuestión por resolver.
En un trabajo publicado en 2010, los científicos comunicaron que la radiación infrarroja procedente de tres regiones volcánicas era distinta de la del terreno circundante e interpretaron este hecho como radiación procedente de lava relativamente fresca, aún no sometida a la erosión, pero sin llegar a comprobar si el vulcanismo seguía activo en el planeta.
En 2012 se obtuvieron más datos: un aumento del contenido en dióxido de azufre en las capas superiores de la atmósfera en 2006-2007, seguido de un descenso gradual en los cinco años siguientes abría la posibilidad de que episodios de actividad volcánica estuvieran inyectando grandes cantidades de dióxido de azufre en las capas altas de la atmósfera.
En la actualidad, un equipo internacional de científicos planetarios ha detectado cambios localizados en el brillo de la superficie en imágenes tomadas con apenas unos días de diferencia gracias a un canal de infrarrojo cercano en la cámara Venus Monitoring Camera (VMC), capaz de trazar mapas de la emisión térmica desde la superficie.
(Fuente: EFE)
Venus Express, que concluyó el pasado año sus observaciones, llevó a cabo una serie de medidas en diferentes longitudes de onda para aclarar esta cuestión.
Las investigaciones muestran que Venus es "casi exactamente del tamaño de la Tierra y tiene una composición similar", así que la ESA considera probable que tenga una fuente de calor interno que es probable que escape en forma de erupciones volcánicas.
Según la Agencia, algunos modelos de evolución planetaria sugieren que en Venus se generó una superficie nueva después de una inundación cataclísmica de lava hace alrededor de 500 millones de años, pero esta cuestión nunca se ha aclarado y la posibilidad de que continúe activo hoy sigue siendo una cuestión por resolver.
En un trabajo publicado en 2010, los científicos comunicaron que la radiación infrarroja procedente de tres regiones volcánicas era distinta de la del terreno circundante e interpretaron este hecho como radiación procedente de lava relativamente fresca, aún no sometida a la erosión, pero sin llegar a comprobar si el vulcanismo seguía activo en el planeta.
En 2012 se obtuvieron más datos: un aumento del contenido en dióxido de azufre en las capas superiores de la atmósfera en 2006-2007, seguido de un descenso gradual en los cinco años siguientes abría la posibilidad de que episodios de actividad volcánica estuvieran inyectando grandes cantidades de dióxido de azufre en las capas altas de la atmósfera.
En la actualidad, un equipo internacional de científicos planetarios ha detectado cambios localizados en el brillo de la superficie en imágenes tomadas con apenas unos días de diferencia gracias a un canal de infrarrojo cercano en la cámara Venus Monitoring Camera (VMC), capaz de trazar mapas de la emisión térmica desde la superficie.
(Fuente: EFE)
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