Después de más de siete años de viaje, la sonda Dawn, de la NASA, comenzó hoy a orbitar a Ceres, el cuerpo celeste más grande del cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter.
El planeta enano Ceres (C. Dumas, Keck Observatory, NASA-JPL).
Dawn no estuvo en contacto con la Tierra cuando se produjo el encuentro, de modo que los controladores no recibieron la confirmación de que todo salió bien hasta varias horas más tarde.
“Lo dramático de verdad es explorar este exótico mundo alienígena'', dijo el ingeniero jefe de la misión, Marc Rayman, en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, que gestiona la misión de 473 millones de dólares.
Ahora, Dawn pasará los próximos 16 meses tomando imágenes de la helada superficie de Ceres para determinar si está activo.
Ceres es la última parada para la sonda, lanzada en 2007 en un viaje al cinturón principal de asteroides.
En su camino, Dawn pasó un año en Vesta, un asteroide del tamaño del estado estadounidense de Arizona, donde tomó impresionantes fotografías de la accidentada superficie antes de poner rumbo a Ceres, que tiene las dimensiones aproximadas de Texas.
Ese viaje fue posible gracias a los motores de propulsión de iones de Dawn, que proporcionan una aceleración suave pero constante y son más eficientes que los propulsores convencionales.
La sonda Dawn acercándose al planeta enano Ceres (simulación digital, NASA)
La sonda ha enviado imágenes enigmáticas de Ceres antes de llegar, donde aparecen dos áreas brillantes dentro de un cráter que podrían corresponder a concentraciones de hielo o de sal.
Los científicos esperan conseguir una imagen más nítida ahora que la nave se acercó a la superficie para estudiar si las nubes de vapor que se han detectado en el pasado siguen ascendiendo.
Dawn no estuvo en contacto con la Tierra cuando se produjo el encuentro, de modo que los controladores no recibieron la confirmación de que todo salió bien hasta varias horas más tarde.
El planeta enano Ceres (C. Dumas, Keck Observatory, NASA-JPL).
“Lo dramático de verdad es explorar este exótico mundo alienígena'', dijo el ingeniero jefe de la misión, Marc Rayman, en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, que gestiona la misión de 473 millones de dólares.
Ahora, Dawn pasará los próximos 16 meses tomando imágenes de la helada superficie de Ceres para determinar si está activo.
Ceres es la última parada para la sonda, lanzada en 2007 en un viaje al cinturón principal de asteroides.
En su camino, Dawn pasó un año en Vesta, un asteroide del tamaño del estado estadounidense de Arizona, donde tomó impresionantes fotografías de la accidentada superficie antes de poner rumbo a Ceres, que tiene las dimensiones aproximadas de Texas.
Ese viaje fue posible gracias a los motores de propulsión de iones de Dawn, que proporcionan una aceleración suave pero constante y son más eficientes que los propulsores convencionales.
La sonda Dawn acercándose al planeta enano Ceres (simulación digital, NASA)
La sonda ha enviado imágenes enigmáticas de Ceres antes de llegar, donde aparecen dos áreas brillantes dentro de un cráter que podrían corresponder a concentraciones de hielo o de sal.
Los científicos esperan conseguir una imagen más nítida ahora que la nave se acercó a la superficie para estudiar si las nubes de vapor que se han detectado en el pasado siguen ascendiendo.
Los planetas enanos se han convertido recientemente en el objeto de varias exploraciones. Se espera que otra nave de la NASA, la New Horizons, llegue este verano a Plutón, que fue degradado a planeta enano.
Dawn estuvo cerca de no salir de la zona interior del sistema solar. La misión sufrió cancelaciones relacionadas con la financiación y retrasos de lanzamiento antes de recibir la luz verde.
Fuente: AP.
Publico: Diario Clarin
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