En 2008 fueron más de 50 millones las personas que en unas 400 ciudades sincronizaron el apagón, que dejó sin luminarias edificios como la Opera en Sydney, el Coliseo en Roma, el City Hall en Londres, el Empire State en Nueva York, la Torre de Sears en Chicago, la Torre Eiffel en París y el Golden Gate en San Francisco.
En 2009, más de 60 países estuvieron implicados en el apagón para luchar contra el calentamiento global, con el mensaje de que se puede actuar en forma individual con pequeños cambios en la vida cotidiana, como reemplazar las lamparitas comunes por luces fluorescentes o de bajo consumo.
Para 2010, ya se habían sumado al apagón 1.500 ciudades en 128 países de los seis continentes, y fueron más de 1.300 los monumentos o edificios emblemáticos de las principales urbes del mundo mantenidos a oscuras durante una hora.
Pero este año, la Hora del Planeta quiere batir su propio récord de participación e implicar a más de mil millones de personas en los seis continentes.
Los ambientalistas prevén que, de continuar el presente status quo, el calentamiento global podría generar la extinción del 35% de las especies silvestres terrestres para el año 2050.
Asimismo, al traer aparejado inundaciones y profundas sequías, el cambio climático amenaza cada vez en mayor medida el rendimiento productivo y la vida de las personas.
Por eso y porque es necesario comprometer a los líderes del mundo en políticas concretas para reducir la emisión de gases de efecto invernadero, se espera que esta vez sean más de mil millones quienes se sumen al gesto simbólico de apagar la luz este sábado, de ocho y media a nueve y media de la noche, en la seguridad de que el planeta bien lo vale.
Fuente: Télam
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