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LOS INVITO A DESCUBRIR LOS SECRETOS COSMICOS

viernes, 31 de agosto de 2012

Gravity Wave

Increible Nube de Oleaginosa, hace pensar que estas dentro del mar



Alerta de tsunami en Japón, Indonesia, Filipinas y Hawai tras un sismo

El terremoto fue de 7,9 grados en la escala de Ritcher y mar adentro. Ordenaron evacuar las costas de las posibles zonas afectadas.

Un fuerte terremoto de 7,9 grados en la escala de Ritcher se registró hoy frente a las costas de Filipinas, informó el Instituto Geofísico estadounidense Usgs.
El epicentro fue localizado a 34,9 kilómetros de profundidad, en mar abierto a cerca de 106 kilómetros de Guiuan, 175 kilómetros de Mindanao y 749 kilómetros al sudeste de Manila,
precisó Usgs.
Después del sismo, el centro de monitoreo del Pacífico lanzó un alerta de tsunami para Indonesia, Filipinas, Japón, Guam, Papua Nueva Guinea y Hawai.
El gobierno de Filipinas ordenó evacuar seis provincias costeras. En tanto, el centro vulcanológico invitó a los residentes de la costa a refugiarse en zonas altas
No obstante, la Japan Meteorological Agency (Jma) precisó que el alerta es de oleadas de hasta 50 centímetros para toda la costa oriental del archipiélago (a excepción de Hokkaido) y en particular de las islas de la prefectura de Okinawa.
Fuentes: Agencias
reedicion:diarioclarin

¿cuántos colores hay realmente en un arcoíris?

Usualmente se dice que en un arcoíris no hay más que siete colores, pero, para un fenómeno tan milagroso, ese número es realmente insuficiente.

Right Eye/flickr
El arcoíris es uno de los fenómenos ópticos más sorprendentes que existen en este mundo, una conjugación casi milagrosa de la realidad física, la natural y el entendimiento y la sensibilidad humanas que lo han convertido en un símbolo fantástico, mágico, puente entre dos esferas que sin este recurso permanecerían siempre separadas.
Por otro lado, ya en cuestiones técnicas, el arcoíris es también un fenómeno con el que pueden ejemplificarse los problemas en torno a la percepción humana del color. Como sabemos, los colores tal y como los conocemos, existen porque la estructura de nuestro ojo así nos los hace ver. El mundo sería totalmente distinto si uno solo de los componentes de nuestro sistema ocular cambiara.
En el caso del arcoíris, usualmente se dice que su diversidad cromática es séptuple, esto es, que son siete colores los que componen su espectro: rojo, naranja, amarillo, verde, azul, índigo y violeta. Sin embargo, esta consigna podría no ser del todo precisa, sobre todo tomando en cuenta las distintas frecuencias que un fotón puede tener en las frecuencias de onda visibles al ser humano.
Ethan, un colaborador del sitio Science Blogs, nos explica, de entrada, las particularidades de nuestro ojo:
La mayoría de los humanos tienen tres tipos separados de conos (lo cual nos hace tricrómatos), un total de (100)3 = 1 millón de colores discernibles para el ojo humano típico. Algunos nacen sin uno de estos tres tipos, creando la condición conocida como ceguera al color; los ciegos al color (dicrómatos) solo pueden ver (100)2 = 10,000 distintos colores. Por el otro lado, algunos tienen 4 distintos tipos de conos, haciéndolos tetracrómatos y permitiéndoles distingue más de (100)4 = ¡100 millones de colores distintos!
Con estos antecedentes, resulta que “hay más colores en un arcoíris que estrellas en el Universo o átomos en tu cuerpo, pero eso va más allá de lo que podemos percibir. Tu ojo imperfecto puede (probablemente) discernir únicamente cerca de un millón de colores distintos cuando ves un arcoíris, y en realidad cualquier otra cosa”.
Asimismo, los bastones, el otro tipo de células básico para nuestra vista, combinan su sensibilidad al brillo (la misma sensibilidad de un fotón) para interactuar con los conos y brindar la capacidad de distinguir un centenar de matices de un mismo color: en condiciones de brillo intenso, los conos se mueven hacia el frente del ojo, cada uno con un sistema propio de percepción de amplitudes de onda de la luz visible.
En suma, un arcoíris es, de por sí, un fenómeno cuya complejidad se agudiza por las muchas circunstancias físicas, anatómicas y fisiolígicas involucradas en su percepción.
pijamasurf





luna llena azul este viernes 31 de agosto


Este viernes 31 de agosto ocurrirá el fenómeno conocido como “blue moon” o “luna azul”, la segunda luna llena en un mismo mes.


La luna llena, uno de los fenómenos astronómicos más cotidianos pero no por ello menos sorprendentes, tendrá este viernes 31 de agosto una significación especial, una especie de duplicación gracias a la cual tendremos dos lunas llenas en un mismo mes.
La llamada “luna azul” es un evento que ocurre en promedio cada dos años y medio, distinguiéndose por el hecho de que en un mismo mes — excepto febrero, por el número de sus días— pueden observarse dos distintos plenilunio. Este año, la primera luna llena de este mes se dio el 1 de agosto.
En cuanto al término, “luna azul”, se trata de una traducción literal de la expresión inglesa “blue moon”, en donde, contrario a lo que pudiera pensarse, no hay ninguna alusión a los tintes que pudiera adquirir nuestro satélite natural. El enigma es más bien etimológico, pues en el inglés medieval, cuando “blue” se escribía “belewe” y tenía también el sentido de “traidor”, “blue moon” se refería a esa luna que antes de la imposición del calendario gregoriano era todavía una luna de Pascua y no la primera luna de la primavera, una luna “falsa” o “traidora”: “belewe moon”. Con el tiempo se acuño también la frase “once in a blue moon”, para expresar lo inusual de un hecho.
Sea como fuere, este viernes nosotros tendremos la oportunidad de admirar esta especie de doppelgängerlunar.

pijamasurf




martes, 28 de agosto de 2012

El Curiosity manda imágenes de alta resolución desde Marte

El vehículo que recorre la superficie marciana muestra capas de rocas y postales del Monte Sharp

Imagen tomada el 23/8 -para calibrar la cámara del Curiosity- del área sudoeste del aterrizaje.  Foto: / NASA

Imagen de alta resolución tomada desde la base del Monte Sharp en Marte.  Foto: / NASA

La imagen muestra el punto más alto del Monte Sharp, en Marte.  Foto: / NASA
PUBLICO DIARIO LA NACION

La NASA divulgó las primeras imágenes en color y alta resolución tomadas por el vehículo Curiosity en Marte, que muestran un montón de capas de roca donde los científicos estudian centrar su búsqueda de ingredientes químicos de la vida en el Planeta Rojo.
Las sorprendentes imágenes muestran hileras dispares cerca de la base de la montaña de 5 kilómetros que se levanta en el gran valle antiguo conocido como cráter Gale, donde el Curiosityaterrizó el 6 de agosto , comenzando su misión de dos años.
Los científicos estiman que transcurrirá un año antes de que el vehículo de seis ruedas, movido por energía nuclear, alcance físicamente las capas más interesantes a los pies de la montaña, a unos 10 kilómetros del lugar de aterrizaje.
De acuerdo con las primeras imágenes orbitales, las capas parecen contener arcilla y otros minerales hidratados que se forman en presencia de agua.
Mientras que anteriores misiones a Marte hallaron importantes pruebas de gran cantidad de agua saliendo de la superficie, el Curiosity tiene la tarea de estudiar materiales orgánicos y otros compuestos considerados necesarios para que evolucione la vida microbiológica.
El proyecto de 2.500 millones de dólares, la primera misión astrobiológica de la NASA a Marte desde las investigaciones de la década de 1970 con las cápsulas Viking, es el primero que lleva todos los elementos de un laboratorio geoquímico de vanguardia a la superficie de un planeta distante..

lunes, 27 de agosto de 2012


El Album de las Galaxias


Son los grandes ladrillos de la macro estructura cósmica. Enormes islas de estrellas, gas y polvo que, de tanto en tanto, interrumpen las cada vez más profundas y oscuras lagunas de vacío que dominan el universo. Las primeras galaxias nacieron unos pocos cientos de millones de años después del Big Bang. Y, al principio, no eran más que colosales nubes deformes de gas (casi todo hidrógeno), que merced a sucesivos choques y fusiones comenzaron a crecer y crecer. La gravedad las fue modelando lentamente, de afuera hacia adentro. Y de a poco, en sus interiores, los parches más densos de gas originaron las primeras estrellas. 
Hoy, 13 mil millones de años después del gran estallido primigenio, el universo cuenta con unos 100 mil millones de galaxias. Una cifra aterradora en la que la Vía Láctea, a pesar de todo su esplendor, se pierde irremediablemente. Sin embargo, hasta hace apenas un siglo, la mayoría de los científicos creía que nuestra galaxia era todo el universo. Recién a mediados de los años 20, un astrónomo parco, amigo de las pipas y del buen tabaco, descubrió que las difusas siluetas que mostraban los telescopios no eran otra cosa que galaxias muy distantes: Edwin Hubble había corrido el velo que nos separaba del verdadero reino galáctico. Un reino que de pronto se reveló extremadamente rico y exquisitamente variado. Hubble observó galaxias de todos los tamaños y formas. Y trató de clasificarlas según su aspecto: desde entonces se habla de “espirales”, “elípticas” e “irregulares”. Pero durante los últimos años, el telescopio espacial que lleva su nombre, y otros monstruos de la astronomía óptica, nos están revelando especímenes con los que Hubble ni siquiera soñó. E incluso, espectaculares colisiones que causan escalofríos de sólo imaginarlas. A continuación, un pequeño álbum de galaxias “clásicas” –vistas con ojos modernos– y otras rarezas especialmente elegidas del extravagario cósmico.

1. Andromeda: un clasicoEs uno de los iconos de la astronomía. Y no podría faltar en ninguna colección de galaxias que se precie de tal: Andrómeda es una de las maravillas del cielo nocturno. Y bien puede decirse que es la “hermana mayor” de la Vía Láctea. Se trata de una típica galaxia espiral, formada por 400 mil millones de soles y fabulosas nubes de gas y polvo. En sus brazos abundan las estrellas azules, jóvenes y calientes. Y en su enorme núcleo esférico predominan las estrellas más amarillentas y ancianas. Durante los últimos años, distintos estudios han sugerido que allí se esconde un súper y voraz agujero negro. Andrómeda y la Vía Láctea son, por lejos, las dos galaxias más grandes del “Grupo Local”, formado por más de treinta integrantes. Y a pesar de estar a más de 2 millones de años luz de distancia, es una de las más cercanas. De hecho, Andrómeda es el objeto más lejano que puede verse a simple vista, aunque esa luz que nos llega haya partido cuando el género Homo recién comenzaba a existir, en Africa. Pero las hermanas no siempre estarán separadas: ambas se están acercando –forzadas por su propia gravedad– a una velocidad de 500.000 km/hora. Y dentro de tres mil millones de años se darán un abrazo fatal que originaráuna nueva supergalaxia (de todos modos, el espacio interestelar es tan enorme que es casi imposible que sus estrellas choquen entre sí). Como veremos más adelante, estas colisiones son moneda corriente en el universo.

2 y 3. Vecinas irregularesNo todas las galaxias son tan enormes y elegantes como Andrómeda. Hay otras mucho más chicas y desprolijas: son las irregulares. Y una de ellas es nuestra vecina más próxima. Hasta hace una década, parecía que la galaxia más cercana a la Vía Láctea era la famosa Nube Mayor de Magallanes. Pero en 1994, un grupo de astrónomos de la Universidad de Cambridge descubrieron una galaxita a “apenas” 60 mil años luz, del otro lado del centro de la Vía Láctea. Como puede verse en la fotografía –que muestra parte de ella, escondida detrás de algunas estrellas de nuestra propia galaxia– no es gran cosa. Se la conoce como “Galaxia Enana de Sagitario”, y la pobre está siendo desgarrada, devorada y asimilada por la Vía Láctea. Canibalismo galáctico, con todas las letras.
Mejor suerte, al menos por ahora, tiene NGC 6822, también integrante del Grupo Local, pero que está más lejos (a 1,5 millón de años luz). Es otra galaxia irregular, un poco más grande, y llama la atención por las grandes nebulosas de emisión (masas de gas excitado por la radiación de estrellas cercanas) que la rodean, especialmente visibles en la parte superior de la imagen como pequeñas manchitas.
4. La furia de Centauro ASaliendo del Grupo Local, y ya a 10 millones de años luz de casa, nos encontramos con un peso pesado. A diferencia de las anteriores, Centauro A es una galaxia elíptica. Y esta imagen –tomada por uno de los cuatro telescopios que forman el Very Large Telescope (VLT), el coloso europeo instalado en el norte de Chile– la muestra con lujo de detalles. Centauro A está atravesada por un grueso sendero de polvo, que bloquea la luz de buena parte de sus estrellas. Y tiene un núcleo extremadamente energético –mucho más que el de la Vía Láctea– que constantemente emite generosas dosis de ondas de radio, rayos X y rayos Gamma. La fuente de esa energía serían los ardientes remolinos de materia cayendo hacia un agujero negro central. Según algunas evidencias recientes, en la compleja estructura de Centauro A pueden adivinarse los restos de una pequeña galaxia espiral, que alguna vez fue atrapada y devorada. La canción se repite.
5 y 6. El Monstruo y el SombreroEn este álbum no podían faltar otras dos vedettes del catálogo de Messier: M87 y M104, más conocida como la galaxia “Sombrero”. Ambas forman parte del gran cúmulo galáctico de Virgo, distante a unos 60 millones de años luz. Esta verdadera metrópolis cósmica está formada por más de dos mil galaxias, y su enorme gravedad está atrayendo a todo el Grupo Local: hacia allí marcha la Vía Láctea, Andrómeda y todas sus pequeñas compañeras. La reina indiscutida del Cúmulo de Virgo es la monumental M87, que con un billón de estrellas es, sin dudas, una de las galaxias más grandes y masivas de todo el universo. Su forma pasablemente esférica la ubica en la categoría “elípticas”, y como ocurre con este tipo de galaxias –y a diferencia de las espirales– su población estelar es muy anciana, y contiene muy pocas nubes de gas y polvo. Tal como muestra la fotografía, el monstruo de Virgo está rodeado de cientos de cúmulos globulares –agrupaciones esféricas de miles estrellas– que parecen revolotear como moscas alrededor de un elefante. No hace falta explicar por qué la galaxia “Sombrero” se llama así. Esta gran galaxia espiral es una de las vistas más pintorescas del cielo. Y se nos muestra de perfil, ostentando una gruesa banda de polvo que recorre su zona central (más o menos similar a la de Centauro A). Un resplandeciente núcleo central y un halo muy extendido –formados por miles de millones de estrellas mayormente anciana– completan su simpática silueta.
Distintas observaciones y análisis espectroscópicos sugieren la presencia de agujeros negros en ambas galaxias. Y el de M87 estaría acorde a las dimensiones de su hogar: se calcula que tiene unas 3 mil millones de masas solares. Desde los años 90 parece cada vez más evidente que toda gran galaxia –incluso la nuestra– alberga un súper agujero negro en su centro. Y hasta se piensa que son una condición necesaria para su origen y evolución.
7. El “renacuajo” del HubbleUna de las imágenes más recientes y llamativas del Telescopio Espacial Hubble es la de una insólita galaxia con “cola” ubicada a 420 millones de años luz. Su nombre formal es Arp 188, pero es mucho más conocida como “el renacuajo”. Salta a la vista el porqué. Esa cola está formada por millones de estrellas, y mide casi 300 mil años luz de largo (unas tres veces el diámetro de la propia galaxia). ¿Cómo explicar semejante rareza? Lo más probable es que sea el resultado de un desgarro provocado por un encuentro muy cercano con otra galaxia –que se insinúa por detrás de sus brazos espirales– que habría pasado de izquierda a derecha. Pero esta extravagancia es demasiado frágil, y no puede durar mucho: tal como ocurre con los verdaderos renacuajos, Arp 188 inevitablemente irá perdiendo su cola con el correr del tiempo; en este caso, de los millones de años. Y las estrellas que la forman terminarán formando pequeños cúmulos “satélites” a su alrededor.
8 y 9. Un choque y un anilloLos últimos dos lugares de esta selecta colección están reservados a un espectacular choque de galaxias y a una hermosa criatura anillada. El choque está protagonizado por las lejanas NGC 2207 y la más pequeña IC 2163, dos galaxias espirales que desde hace cientos de millones de años están interactuando gravitacionalmente. Lo que muestra esta fotografía del Hubble es apenas un cuadro en una larga y sufrida película. Una verdadera guerra de las galaxias repleta de episodios caóticos, protagonizados por corrientes de estrellas disparadas a la deriva, oleadas de compresión de nebulosas, y sus consiguientes nuevos alumbramientos estelares. El resultado final está sellado: la galaxia más grande (NGC 2207, a la izquierda de la imagen) terminará “asimilando” a la más chica, IC 2163 (a la izquierda).
La última parada de este viaje nos lleva a 600 millones de años luz de la Tierra. Allí nos espera la frutilla del postre: una galaxia rodeada por un anillo. Se la conoce como “Objeto de Hoag”, en honor al astrónomo Art Hoag que la descubrió en 1950. El anillo está dominado por brillantes estrellas azules; en cambio, el cuerpo central, más o menos esférico, está repleto de viejos soles rojos y amarillos. Y ambas estructuras están separadas por una zanja de vacío. ¿El origen? Se sospecha que la criatura de Hoag seguramente nació hace algunos miles de millones de años, cuando una pequeña galaxia atravesó a otra más grande. Y no es la única: durante los últimos años, los astrónomos han descubierto varias más, abriendo otra categoría dentro de la tradicional clasificación galáctica de Hubble: las “galaxias anillo”.
FinalDe Andrómeda al Sombrero. De la espiral al renacuajo. Del monstruo a la belleza anillada. Se suele decir que para muestra vale un botón, pero en este caso han sido diez: el extravagario galáctico nos pedía a gritos una muestra más generosa.
Mariano Ribas

domingo, 26 de agosto de 2012


Murió el primer hombre que dejó su huella en la Luna  


El astronauta tenía 82 años y amaba volar. Su familia pidió ayer, en su honor, hacerle un guiño a la Luna en una noche despejada.


La primera pisada. Esta imagen dio la vuelta al mundo hace más de 40 años. Fue difundida por la NASA.

“A la gente le encantan las teorías conspirativas, son muy atractivas. Pero nunca les di importancia, porque sé que algún día una misión volverá a la Luna y hallará la cámara que dejé ah í”.

Neil Alden Armstrong

clarin

martes, 21 de agosto de 2012


LAS PLÉYADES:PASADO, PRESENTE Y FUTURO

Las Pléyades:
Pasado, Presente & Futuro
El Libro del Conocimiento: Las Claves de Enoc® nos dice en la Clave

Las Pléyades representan la clave para la protocreación física;  representan el comienzo galáctico de la familia Adámica física.


EL PASADO
 ¿Cómo confirma esto lo que los antiguos sabían sobre las Pléyades? Muchas leyendas de la cultura antropológica alrededor del mundo se relacionan con las Pléyades. Las Pléyades, en la mitología griega, son las siete hijas de Atlas y Pleione (llamadas Alcione, Merote, Electra, Celaeno, Taygeta, Maia y Asterote). Atlas y Pleione son las estrellas vecinas y muchos templos griegos estaban orientados hacia el punto de salida y puesta de las Pléyades. Los Griegos también se referían a las "Pléyades" (escrita con una "e" adicional) como las "Palomas". La referencia más antigua registrada sobre las Pléyades, sin embargo, corresponde a la literatura astronómica China fechada en 2357 AEC. Para las tribus agrícolas del hemisferio norte el curso de las Pléyades indicaba el comienzo y el final de la temporada de cultivo.
 Probablemente, la más famosa leyenda de las Pléyades en la tradición popular norteamericana sea la historia de la Torre del Diablo, Wyoming, una roca volcánica que...
os Indígenas Kiowa locales llaman Mateo Tepe. Dicen que una vez siete doncellas acamparon cerca del río en una región conocida por tener muchos osos. Uno de los osos comenzó a perseguir a las doncellas quienes se arrodillaron para pedir ayuda, implorando a los dioses. La tierra se elevó hacia el cielo. El oso intentó, en vano, seguirlas y arañó un lado de la roca, marcas que se ven en la Torre. Para proteger a las doncellas el Gran Espíritu les permitió permanecer en el cielo como las siete hermanas, las Pléyades.
 Para los Japoneses la constelación de las Pléyades se llama Subaru y en Sánscrito se llama Krittikas. Algunos de los pueblos aborígenes de Australia la conocían como Makara y reconocían que estaba conectada con la constelación de Orión. Para los Aztecas se llamaba Tianquiztli, que significa el "lugar de reunión" y era considerado un signo importante de la continuidad de la vida: a medianoche, cada 52 años, aparecía directamente arriba de sus cabezas y les aseguraba a los antiguos Americanos que el mundo no llegaría a su fin. Los Aztecas realizaban una ceremonia religiosa especial llamada la Danza del Fuego Nuevo (o Ceremonia del Fuego Nuevo), una vez cada 52 años para asegurar el movimiento del cosmos y el renacimiento del sol. Este período de tiempo de 52 años también correspondía al calendario religioso de 260-días (Tonalpohualli en Náhuatl o Tolkin en Maya) cuando se entrelazaba con el calendario civil de 365-días (Xiupohualli en Náhuatl o Haab en Maya). Cada 52 años solares Haab (73 años Tolkin) estos calendarios coincidían. A veces, a este, los Aztecas lo llamaban el Calendario Redondo. El ciclo de 52 años se decía que empezaba cuando las Pléyades cruzaban el quinto punto cardinal o el cenit del cielo a medianoche. Algunas veces no sólo estaban las Pléyades en el cenit sobre Mesoamérica sino que esa alineación también entraba en conjunción plena con el sol (como lo veremos de nuevo el S XXI). Además, dos ciclos de 52 años (104 años) se coordinan con una alineación adicional con Venus (símbolo de la forma creativa femenina en la escala local).
 Se dice que la Pirámide del Sol, fuera de la Ciudad de México, está alineada con las Pléyades, ya que su cara occidental y muchas de las calles aledañas están alineadas directamente con el punto de la puesta de las Pléyades la medianoche de la noche en que está en su punto más elevado. Las Pléyades eran claramente reverenciadas también por los Mayas, quienes, en el área de Chichén Itza, sabían que el sol producía una sombra tipo serpiente del lado de la escalinata del norte de la pirámide de Kukulcan durante el equinoccio de primavera. Algunos estudiosos han calculado que 60 días después de la aparición de su sombra, cuando el sol alcanza su cenit sobre la Pirámide a medio día (Mayo 20-Mayo 23), hay otra alineación directa con las Pléyades. Esta alineación Pléyades-sol podría tener una conexión directa con Quetzalcoatl, la serpiente emplumada que trajo una sabiduría más grandiosa al planeta.
Los antiguos Egipcios también señalaron a las Pléyades como una diosa, probablemente más reconocida como Neith, la "madre divina", o Hathor, quien tomó la forma de una vaca (que portaba las semillas de la vida). Los piramidólogos que han trabajado en Egipto durante los últimos 12 años han encontrado textos piramidales que sugieren que los Egipcios reverenciaban a las Pléyades como un sistema estelar superior divino, especialmente a Alcyone, su estrella más brillante.A

El Presente:
Los Astrónomos nos dicen que estamos en medio de una rueda-dentro-de-rueda entrelazante dentro de una máquina de tiempo cósmica que los Mayas y los Egipcios entendieron, y tal como nosotros damos vueltas en relación a nuestro paradigma solar inmediato nuestro sistema galáctico entero se está moviendo actualmente en relación a la configuración mayor de las Pléyades, conocida ahora por los astrónomos como Messier 45 (M45). Esta rueda más grande es conocida como la Presesión de los Equinoccios, el período de tiempo que le toma a la Tierra para realizar un recorrido completo de las constelaciones del zodíaco. Lo que hace que parezca que el zodíaco se "retrasa" un signo cada 2200 años o casi un grado cada 72 años es el tambaleo de la tierra, o el axis del giro (en un ángulo). Esto nos da un promedio de 12 signos en 26,000 años. Las Pléyades tienen un papel clave tanto en el Hemisferio Norte como en el Sur durante los Equinoccios y Solsticios establecidos por la Presesión.

En el Hemisferio Norte, en el Equinoccio de Primavera, las Pléyades se elevan durante el día y pueden ser vistas sólo momentáneamente en la noche. Cada día el sol se acerca un poco más en alineación con las Pléyades para que durante el Solsticio de Verano las Pléyades se eleven justo antes de la luz del amanecer. La primera elevación visible de las Pléyades ante el sol es llamada la elevación helicoidal de las Pléyades. Durante el Equinoccio de Otoño las Pléyades se elevan a medianoche. En el Solsticio de Invierno las Pléyades son visibles en el oriente justo después del anochecer. Esto es porque cada día se elevan unos cuatro minutos más temprano en la esfera celestial. Los Maori de Nueva Zelanda utilizaron la elevación helicoidal de las Pléyades, llamada por ellos la Matariki, como el comienzo de su Año Nuevo (Junio). También interpretaron a la Matariki como la madre con seis hijas (mientras otros reconocían a Puanga o Rigel, Orión, como el símbolo del Año Nuevo). Por tanto, cuando volvemos a visitar las mil columnas, los centros megalíticos y los importantes textos que han sido preservados a lo largo de miles de años de tradición en todo el mundo- vemos una profunda relación entre las historias de las Pléyades y el origen de la humanidad.


El Futuro:
 ¿Por qué estaban los antiguos tan impresionados con las Pléyades? La Clave 106 nos dice también que las Pléyades son "la cuna y el trono de nuestra conciencia" enfatizando que el programa de vida Adámica fue creado en conexión con esta región del espacio. Dice que esta región del espacio es la que también señalará el retorno de la inteligencia superior. La Clave usa la palabra "trono" (t minúscula) ya que representa el lugar de donde vienen las Jerarquías superiores para balancear a la creación inferior. Hay, de hecho, muchas regiones trono, muchos reinos logos de poder que trabajan para nuestra preparación espiritual. Las Pléyades, por tanto, son un centro trono al igual que Orión es un centro de entrada.

 Las Pléyades son, por tanto, un marcador de extraordinaria precisión para los eventos del contacto celestial-terrestre y el traslapo angelical-humano de los encuentros registrados por las diferentes culturas del mundo. Aún más importante es comprender la inmensa era y la verosimilitud histórica de las leyendas de las Pléyades que se encuentran a lo largo del mundo y que señalan una grandiosa protección y la transformación última de la creación que nos permitirá volver a los cielos superiores al ser elevados, reprogramados y resucitados hacia los cielos del Dios Más Alto.
fuente original:

publico, habasis de etiopia


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lunes, 20 de agosto de 2012

EXCELENTES FOTOGRAFIAS TOMADAS POR EL NATIONAL GEOGRAPHIC SOBRE FENOMENOS NATURALES
Tormenta de arena en Phoenix.  (National Geographic Magazine)
Tormenta de arena en Phoenix. (National Geographic Magazine)
Rayo en pleno verano.  (National Geographic Magazine)
Rayo en pleno verano. (National Geographic Magazine)
Un diluvio cae desde el centro de una tormenta cerca de Glasgow, Montana.  (National Geographic Magazine)
Un diluvio cae desde el centro de una tormenta cerca de Glasgow, Montana. (National Geographic Magazine)



sábado, 18 de agosto de 2012


El robot Oportunity, a resguardo del duro invierno marciano



OBSERVEN CON QUE CLARIDAD SE VE EL SUELO MARCIANO

marte

Mientras que en el hemisferio norte el pasado mes de marzo empezaba la primavera, en el hemisferio sur de Marte comenzaba la dura época invernal, con vientos muy fuertes, tormentas de arena y temperaturas por debajo de los -100 ºC. Por ello, el Oportunity, robot de la NASA que lleva ocho años explorando la superficie marciana, se dirigió hace unos meses a un afloramiento rocoso llamado Greeley Haven (El Refugio de Greeley), así llamado en honor del geólogo planetario Ronald Greeley, donde se halla ahora y donde permanecerá hasta que acabe el invierno marciano el próximo mes de septiembre.


El Oportunity aterrizó en Marte en 2004, tres semanas después que su robot gemelo, el Spirit, que estuvo en pleno funcionamiento hasta que dejó de emitir en marzo de 2010. Aunque se pensaba que la misión de estos dos todoterrenos duraría unos tres meses, ambos superaron ampliamente las expectativas de los ingenieros aeronáuticos que los diseñaron. Parece que el Oportunity todavía tiene cuerda para volver a recorrer, fotografiar y analizar el planeta rojo con su instrumental de a bordo. Pero de momento permanecerá quieto, en una especie de hibernación forzosa, con sus paneles solares desplegados para cargar baterías de cara a la primavera, cuando, si todo va bien, circulará de nuevo por esa lejana geografía. Otro robot más nuevo y puntero ya ha aterrizado allí este mismo verano: el Curiosity, tres veces más pesado y el doble de grande que los gemelos, de quienes tomará el relevo de la exploración marciana gracias a su avanzado instrumental. –Eva van den Berg

Foto: NASA
nationalgeographic

viernes, 17 de agosto de 2012

Génesis: Nacimiento del Sistema Solar

"Y en el principio, todo era gas, polvo, frío y una profunda oscuridad …"

… Hace 5 mil millones de años, el Sol y su inmensa y variada corte de mundos eran apenas una promesa. Una masa informe de hidrógeno y helio, apenas salpicada por elementos más pesados. Un desprolijo amasijo de materiales crudos, perdido en un rincón de una galaxia, una de las tantísimas que apenas distraen al universo de sus descomunales vacíos. Lentamente, la gravedad fue tomando las riendas de la situación, probablemente ayudada por la onda de choque de alguna supernova cercana. Y así comenzó a forjarse una estrella, y a partir de los restos de su formación, una multitud de incontables cuerpos menores.
Durante siglos, el origen del Sistema Solar fue uno de los misterios más grandes y apasionantes de la astronomía. Y si bien es cierto que, muy a grandes rasgos, fue un proceso descripto hace más de dos siglos, sus detalles más finos recién pudieron delinearse durante las últimas décadas, a fuerza de observaciones telescópicas muy precisas, misiones espaciales, y complejas simulaciones por computadoras. Más allá de ciertas zonas algo difusas, hoy en día es posible entender los mecanismos que dieron nacimiento al Sol, los planetas (y sus lunas), los asteroides y los cometas. Y por qué son cómo son, y están dónde están.

La hipótesis nebular
En 1755, el mismísimo Immanuel Kant puso las bases para el modelo moderno de la génesis del Sistema Solar. Kant propuso que todo había comenzado a partir de ciertas irregularidades en la distribución de los materiales que flotaban en un universo joven. Irregularidades que, gravedad mediante, fueron originando grumos de gas y polvo cada vez más grandes y masivos, que, de a poco, formaron discos en rotación. Uno de esos discos, daría origen al Sol y a sus acompanantes. Mas allá de ser esencialmente correcta, la idea de Kant no trascendió demasiado.
Cuarenta años más tarde, en 1796, el francés Pierre Simon de Laplace dio el paso siguiente, cuando presentó una maqueta explicativa más pulida: la ahora famosa “hipótesis nebular”. Decía más o menos así: el Sistema Solar nació de una nube de gas y polvo que se fue comprimiendo por su propio peso, girando cada vez más deprisa. En su zona central, y acaparando la mayor parte de los materiales, nacería el Sol. Y a su alrededor, distintos anillos de materiales, concéntricos y desprendidos durante el proceso, terminarían por consolidarse en planetas y otros cuerpos más chicos. Lo cierto es que, más allá de su aporte teórico, estas ideas pioneras de Kant y Laplace carecían de las imprescindibles evidencias observacionales: nadie había visto un solo sistema planetario de carne y hueso en plena formación. Para eso, hubo que esperar más de dos siglos.

Sistemas en formación
Durante la década de 1980, los astrónomos comenzaron a cosechar evidencias muy claras que permitieron fortalecer y enriquecer dramáticamente a la hipótesis nebular.
En 1983, el satélite multinacional IRAS (Infrared Astronomical Satellite) descubrió que algunas estrellas cercanas emitían más luz infrarroja de lo normal. Enseguida, comenzaron las especulaciones, y casi todas ellas apuntaban en la misma dirección: ese exceso de radiación infrarroja podía explicarse mediante la existencia de enormes (y calientes) anillos de materia alrededor de las estrellas. Al año siguiente, astrónomos del Observatorio de Las Campanas, al norte de Chile, revelaron algo mucho más concreto: una de las estrellas en cuestión, llamada Beta Pictoris, tenía a su alrededor un colosal disco de materia, de 30 veces el diámetro del Sistema Solar. Era muy plano, y parecía tener un hueco en el medio. Y si bien no se detectaron planetas en su interior, casi todos los astrónomos interpretaron que lo que se veía alrededor de Beta Pictoris, era el embrión de un sistema planetario. Nada menos. Y que el hueco central era un área donde, probablemente, se estaban formando planetas, que crecían a medida que incorporaban todo ese desparramo de escombros cósmicos. El emblemático caso de Beta Pictoris fue seguido por muchísimos otros hasta nuestros días, incluyendo los “discos protoplanetarios” observados por el Telescopio Espacial Hubble en las entrañas de la famosa Nebulosa de Orión. Todas esas observaciones directas, sumadas a nuevos modelos astrofísicos, y simulaciones por computadora, permitieron entender cómo nacen los sistemas planetarios. Y como nació el nuestro…

Primero, el Sol...
Todo comenzó hace casi 5000 millones de años. Por entonces, en un rincón de la Vía Láctea, más cerca del borde que del centro, una nube de gas y polvo de cientos de miles de millones de kilómetros de diámetro -como tantas otras que salpican e integran los brazos espiralados de la galaxia- comenzó a contraerse por acción de su propia gravedad. Pero parece que hubo algo más: teniendo en cuenta la relativa abundancia de átomos pesados (carbono, oxígeno, nitrógeno, magnesio, hierro y otros), los astrónomos sospechan que aquella masa primigenia fue enriquecida por los elementos químicos lanzados al espacio por una supernova relativamente cercana (la explosión de una estrella enorme que, a lo largo de su vida, fue forjando esos elementos en su núcleo). Supernova que, de paso, y mediante ondas de choque, ayudó a acelerar la contracción de aquella masa de gas y polvo.
Durante cientos de millones de años, esa nube siguió contrayéndose más y más, tomando lentamente la forma de un disco en veloz rotación. En la zona central de ese disco, y como resultado de la contracción, la presión y la temperatura fueron aumentando sin parar. Hasta que, pasados unos 400 a 500 millones de años, ese núcleo infernal fue tomando una forma más o menos esférica: era el embrión de nuestra estrella, o el “proto-Sol” (como lo llaman los astrónomos). En cierto momento, cuando la temperatura interna de ese embrión estelar superó los 10 millones de grados, el hidrógeno comenzó a fusionarse en helio. Y entonces si, se encendió el Sol. Una máquina gravitatoria que funciona a la perfección desde aquel lejano entonces, “quemando” su propio hidrógeno, y bañando de luz y calor a todo el Sistema Solar.

... Y luego, los planetas
La estrella recién nacida dejó a su alrededor un desparramo de materiales sobrantes. Un colosal disco de restos que se fueron acumulando, y también diferenciando, hasta formar a los planetas y sus lunas, los asteroides y los cometas.
Los elementos más pesados y menos volátiles, como el oxígeno, el magnesio o el hierro permanecieron más cerca del Sol. Y formaron granos de polvo que, mediante choques y fusiones, se unieron en piezas sólidas cada vez más grandes.
Primero, eran simples guijarros de silicatos y metales. Pero luego de algunos millones de años, esa caliente zona, cercana al Sol, ya estaba poblada de millones y millones de pesados cascotes, de cientos de metros, o incluso, kilómetros de diámetro: eran los “planetesimales”. Ni más ni menos que los ladrillos que terminarían por construir, finalmente, a Mercurio, Venus, la Tierra (y la Luna), y Marte. 
Otros materiales pesados quedaron desparramados un poco más lejos, pero nunca llegaron a consolidarse en verdaderos planetas: son los asteroides, reliquias rocoso-metálicas que giran alrededor del Sol entre las órbitas de Marte y Júpiter. Nada es casual: al parecer, fue justamente el poderoso campo gravitatorio de Júpiter el que impidió, mediante continuos “tironeos”, el ensamblaje de los asteroides en cuerpos más grandes. A propósito de Júpiter: su historia y naturaleza, y la del resto de los planetas gigantes, fue muy distinta a la de la Tierra y sus vecinos.

Mundos de gas
La radiación y el “viento solar” (una corriente de partículas que el Sol emite en todas direcciones) de la joven estrella “soplaron” hacia fuera a los materiales más livianos, esencialmente, el hidrógeno y el helio. Y fueron justamente esos gases lo que iban a formar a los planetas externos del Sistema Solar. Sobre este punto los astrónomos no están completamente de acuerdo. Más bien, proponen dos modelos diferentes para explicar el origen de Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno.
El primero dice que estas moles planetarias se gestaron a partir de núcleos sólidos (de polvo y hielo) que fueron atrayendo progresivamente el abundante hidrógeno y helio que había a su alrededor. La otra explicación plantea un proceso más rápido, que prescinde de los núcleos sólidos iniciales, para plantear, directamente, un escenario de veloz contracción de los gases, hasta formar aquellos enormes mundos (que, de todos modos, esconden núcleos sólidos).
Sea como fuere, hay algo que está claro: al igual que los planetas sólidos, los gigantescos planetas gaseosos están donde están, y son como son, por culpa de la distribución inicial de los materiales en torno al Sol recién nacido. Y como veremos a continuación, lo mismo ocurrió con los helados munditos aún más lejanos.

Fronteras de hielo
Más allá de los planetas gigantes, y debido a las bajísimas temperaturas (del orden de los -200oC o menos), otros gases “soplados” hacia fuera por el Sol (y sobrantes de su formación) terminaron por congelarse, formando un inmenso desparramo de pequeños cuerpos helados. Allí está el ahora “planeta-enano” Plutón, y cosas que se le parecen, como Quaoar, Varuna, Ixion, Sedna y el propio Eris (aún más grande que Plutón). Todos más allá de la órbita de Neptuno, y formando, junto a otros millones de bolas de hielo, el “Cinturón de Kuiper”. De allí vienen, justamente, los cometas de “período corto” (aquellos que tardan menos de 200 años en dar una vuelta al Sol), como el Halley, probablemente lanzados hacia el interior del Sistema Solar por interacciones gravitatorias con sus vecinos.
Otros cometas (los de período largo), vienen de la “Nube de Oort”, una suerte de gigantesca cáscara esférica -formada por miles de millones de pedazotes de hielo- que envuelve a todo el reino solar. Y cuya “pared” interna está cientos de veces más lejos que el “Cinturón de Kuiper”. Hoy en día, esa cáscara de escombros helados, restos vírgenes de aquellos lejanos tiempos de los orígenes, marca el límite material formal de nuestro Sistema Solar. 
Una masa de gas y polvo que colapsó hace 5000 millones de años, forjando en su centro masivo y caliente a una estrella. Y a su alrededor, un tendal de materiales, diferenciados según las distancias, que fueron dando origen a planetas rocoso-metálicos, asteroides, enormes planetas gaseosos, y una multitud de pequenas bolas de hielo. Así nació el Sistema Solar. Así comenzó su historia. Una historia más, entre tantísimas otras historias posibles de estrellas y planetas, que existieron, existen o existirán en el universo.

Lic.Mariano Rivas
* Coordinador del Área de Astronomía del Planetario de la Ciudad de Buenos Aires “Galileo Galilei”
PUERTA ESTELAR DEL GOLFO DE ADEN


¿Qué es una Puerta Estelar?
Es algo así como un vórtice de energía electromagnética que abre puertas dimensionales para viajar a través del espacio.
En la foto inferior podemos apreciar una imagen de la anomalía en el Golfo de Adén

¿Fantasía? No, no es ciencia ficción: en el siglo pasado se hicieron muchísimos experimentos, basados en la ciencia de Nicola Tesla, que permitía hacer desaparecer barcos completos, para volver a aparecer en otro punto del planeta, a veces con consecuencias desastrosas para los tripulantes -podéis ver el film “El experimento Filadelfia”- Hay científicos y militares que, afirman, están utilizando estas técnicas para enviar personas a Marte.
¿QUIENES ESTÁN ABRIENDO LA PUERTA ESTELAR DEL GOLFO DE ADÉN?
McCollum afirma que naves extraterrestres entran y salen de esta anomalía magnética y que existe una base submarina justo debajo.
Las profecías bíblicas ya apuntaban hacia esta zona (concretamente Etiopía, que está justo en frente cruzando el Golfo) como sede del inicio de los tiempos.
Según una fuente Sorcha Faal reporta que del Ministerio del Interior ruso y la FSB (fuerzas especiales) vienen circulando en el Kremlin rumores que señalan que las armadas de nuestro mundo están a punto de desencadenar un guerra defensiva sin precedentes
¿contra quién?
contra los llamados por ellos: gigantes fundadores del Jardín bíblico del Edén. Así evitar que nuestro planeta vuelva a ser colonizado por una antigua raza alienígena conocida por los antiguos como los Anunnakis (o Nefilims) cuyos antiguos textos babilónicos señalan que son los antiguos Vigilantes de la Tierra.
Lo mas perturbador es que las fuerzas navales del mundo se encuentran asentadas en el área descrita históricamente “como el río de agua dulce que sale del Edén”que es la ubicación exacta dada por los antiguos textos babilónicos para el asiento de la principal base submarina de los Vigilantes.
Este tipo de noticias por mas absurdas o difíciles que sean de creer para una persona común e incluso las informadas del tema son tema conocido por todas la potencias mundiales desde hace muchos años.
Un ejemplo de esto:
Ronald Reagan, el 21 de septiembre de 1987, señaló ante las Naciones Unidas: “...En nuestra obsesión con los antagonismos del momento a menudo nos olvidamos cuanto une a los miembros de la humanidad. Tal vez necesitamos una amenaza extraterrestre universal para que nos haga reconocer este lazo común...”
Todo indica que en el Golfo de Adén las diferencias entre los países se han desvanecido porque, como podemos ver, las fuerzas navales norteamericanas y la iraníes enfrentan una amenaza global aún estando al borde de una guerra común.
En un mundo en donde la estructura económica se está cayendo a pedazos y en donde se viene disputando el control del planeta la pregunta ahora seria: ¿Quienes son de verdad los buenos en esto?

Mark Huber relata lo que pasa en el Golfo de Adén:
- La Puerta Estelar activada en el Golfo de Adén es de origen positivo Nibiruano
- Los Reptiles Negativos Nibiruanos no quieren que se abra este Portal y han enviado a militares de todo el Planeta para evitarlo. Algo que no van a poder evitar.
- Es un vórtice circular de una milla de diámetro que es una apertura a Telos y a la Red Agartha
-Se mantiene mediante tecnologías consistentes en anillos metálicos suspendidos sobre la superficie
- Esta antigua puerta estelar fue incorporada originalmente por los Nibiruanos positivos, incluyendo a la Madre Sejmet y a un grupo avanzado de Annunakis positivos, antes de que los renegados comenzaran a meterse con este planeta.
Descripción física:
Un vórtice circular anular de una milla de diámetro que se extiende a través de lo que sería agua y hacia una apertura a Telos y a la Red Agartha. También se extiende hacia arriba alrededor de una milla o más, y se mantiene mediante tecnologías de la Federación Galáctica, consistente en anillos metálicos (de origen no terrestre) suspendidos por encima de la superficie por lo menos una milla. Fuera de esta base anular, a unas cinco millas de distancia, están los diversos cientos de buques de guerra de marinas de todo el mundo, que están supervisando esta ‘Anomalía’.
- La puerta estelar -eso es lo que es- se ha auto-activado como inteligencia sensible y portal dimensional.
- Nave en forma de cigarro puro de la Flota de Plata entró a nuestra dimensión desde debajo de la anomalía (Telos). Esto fue seguido por unidades de la Flota Amatista.
- Naves con forma de pirámide para un propósito especial entraron a través de la Puerta Estelar del Golfo de Adén. Ellas tomaron posiciones: una al oeste de la puerta estelar, una en el lado norte y una en el lado este.
- Están utilizando este Portal para crear una lente especializada para apoyar un próximo propósito superior.

Fuentes: Project Camelot, Cosmos 23's 
narom.org


jueves, 9 de agosto de 2012


"La existencia de extraterrestres no afectaría la fe"

POR SERGIO RUBIN


Lo dice el director del Observatorio Astronómico del Vaticano, el sacerdote argentino José Gabriel Funes. Considerá, además, que la teoría del Big Bang, sobre el origen del universo, no se contrapone con la creación bíblica.

La fe siempre llevó a mirar al cielo como una forma de dirigirse a la Casa del Padre, a Dios. Pero hace ya varios siglos que el Vaticano apunta su visión hacia lo alto con la ayuda de telescopios cada vez más sofisticados para conocer un poco más acerca del universo. Más exactamente empezó en 1572 con el fin de corregir la fecha de la Pascua. Pero en 1891 el Papa León XIII quiso patentizar que la Iglesia no está en contra de la ciencia, sino que la promueve, y decidió crear el Observatorio Astronómico Vaticano tal como hoy se conoce. Levantado dentro del propio Vaticano, la creciente luminosidad -el gran enemigo de los astrónomos- obligó a trasladarlo en 1935 a la sede estival de los Papas de Castelgandolfo, a 35 kms de Roma. Y, de nuevo, afectado por la luz, abrió en 1981 un centro de observaciones en Tucson, Arizona -una zona muy oscura-, manteniendo el otro como centro de estudios. Entre sus integrantes, se contó el famoso jesuita Angelo Secchi, el primero en clasificar las estrellas según sus espectros. Pero el avance del estudio del universo lleva a que muchos se pregunten, por caso, si la hipótesis del Big Bang, sobre su origen, o la posibilidad de vida inteligente en otras galaxias, no desafían las creencias religiosas.
En busca de respuestas, Valores Religiosos dialogó con el director del Observatorio que, desde hace unos años, es un jesuita argentino, oriundo de Córdoba, el padre José Gabriel Funes, quien, además de licenciado en Filosofía, es doctor en Astronomía.
-¿Qué asidero le otorga a la teoría del Big Bang que habla de una suerte de explosión que abrió paso a la creación del universo?
-Es la mejor teoría científica que tenemos hoy. No sé si en el futuro se mejorará o si surgirá otra. Pero, de momento, es la mejor sobre el origen del universo. No usaría la palabra creación porque tiene una connotación teológica. Desde la fe hablamos de creación y creemos que Dios creó todo. Desde la ciencia se dice que en el pasado el universo era mucho más caliente y concentrado, como la cabeza de un alfiler a miles de millones de grados, y que con el paso del tiempo se expandió y se enfrió.
-¿Ahora cómo se compagina lo científico con lo religioso?
-Lo que nos dice la fe es que el universo, en su ser en su existir, depende de Dios. Sabemos que Dios es un padre bueno y que esa bondad nos permite ver todo lo creado como bueno. Hay bondad en el universo. En el Génesis se dice que cuando Dios terminó la creación descansó y vio que todo era bueno. Esa bondad del creador tiene que ser nuestra bondad cuando miramos todo lo creado. Cuando se habla del relato de la creación hay que tener en cuenta que fue escrito por personas que vivieron hace tres mil años y que no conocían la física cuántica, ni la teoría de la relatividad, ni la teoría del Big Bang. Pero el objetivo del autor del Génesis no era dar una explicación científica, sino decir por qué existe el universo desde el punto de vista religioso, de la fe.
-¿Considera verosímil que haya vida inteligente en otros lugares del universo?
-Hay una rama de la astronomía que se llama astrobiología que trata de la búsqueda de vida en el universo en base a un estudio multidisciplinar que incluye los estudios físicos, biológicos e, incluso, teológicos. Pero aún no sabemos cómo surgió la vida, no solo en la tierra. Al menos nadie puede afirmarlo taxativamente. Y eso es importante porque de cómo definimos la vida, nuestra existencia, depende después lo que vamos a buscar. Si no sabemos bien qué es la vida, cuando encontremos algo, ¿cómo vamos a saber qué tipo de vida es? Pero me parece positivo que se investigue para entender mejor la vida. De todas formas, hasta el momento no hay ninguna prueba de que exista vida, aun la más elemental. En un universo con cien mil millones de galaxias, cada una de ellas con cien mil millones de estrellas, es posible que exista vida y aun vida inteligente. Pero, honestamente, creo que será difícil encontrar vida y, más aún, vida inteligente.
-Pero, en caso de que existiera vida inteligente, ¿cómo debería interpretarse la venida del Hijo de Dios a la Tierra?
-No pondría en dificultades el modo de pensar nuestra fe. Hay una lógica en la fe cristiana que nos permite explicar desafíos como ese. Nosotros sabemos por la fe que la Encarnación fue un acontecimiento único no solo en la historia humana, sino del universo. Sabemos que ocurrió hace dos mil años en un lugar determinado, en Palestina. Sabemos que Jesús era parte del pueblo judío. Para la Iglesia, todos los seres humanos, desde antes de Jesús y después de Jesús, están de algún modo, por la Encarnación, unidos a Cristo. Supongamos desde la ciencia ficción, haciendo teología ficción, que fuera de la Tierra hubiera vida inteligente y, por tanto, seres espirituales. De algún modo también estarían unidos a Cristo. Así, nuestra visión teológica nos permitiría explicar la existencia de otros seres inteligentes y espirituales en relación con la fe.
-Investigaciones recientes, intentando recrear las condiciones iniciales del universo, parecen confirmar la existencia del boson de Higgs -la llamada "partícula de Dios"- que explicaría cómo surge la materia. Más allá de lo positivo de este tipo de experimentos, ¿no puede alentar en algunos la inclinación a explicarlo todo desde la ciencia?
—El conocimiento científico, para decirlo en palabras simples, responde a la curiosidad humana. Esto nos lleva a los científicos, a tratar de entender en nuestro caso cómo se formó el universo, las galaxias, los planetas. Es natural y bueno conocer siempre un poco más. La tentación -no de todos los científicos, ni tampoco de la ciencia en cuanto tal- puede ser efectivamente la de reducir la visión de la persona, de la historia y del universo sólo a una explicación científica. Pero la vida humana va más allá del conocimiento científico. Hay muchas cosas que no podemos explicar con la ciencia y que van más allá de la ciencia.
-¿Por ejemplo?
—Preguntas acerca de por qué existe el mal en el mundo, por qué sufren los inocentes, la ciencia no las puede responder hoy y no creo que pueda hacerlo en el futuro. Además, la verdad, que es una, tiene diversas facetas. Y, por caso, se manifiesta en la belleza de una obra de arte, o de una obra literaria. Estas cosas no se pueden reducir al conocimiento científico, que es solo una parte de la verdad.
-En definitiva, la ciencia no acabará con la religión ...
-La religión se acaba cuando se pierde la fe.





miércoles, 8 de agosto de 2012


“Curiosity” envía la primera foto a color de Marte




USA-MARS/LANDING


El vehículo explorador “Curiosity” envió hoy material de 40 megabytes a la Tierra con las imágenes que capturó en su primer día en Marte, informaron científicos de la agencia espacial estadounidense, la Nasa, desde Pasadena (California).
Entre el contenido hay algunas fotos en alta resolución y un pequeño video de su “amartizaje”. En las fotos se reconoce una montaña situada a varios kilómetros de distancia, hacia la cual se irá acercando “Curiosity” durante el próximo año. La montaña, formada por diferentes capas de restos geogólicos, tiene más de 5.000 metros de alto.
Además, las imágenes muestran el suelo marciano en el lugar donde aterrizó el robot.“Reconocemos que es muy plano y que hay muchos guijarros pequeños”, dijo la experta de la Nasa Joy Crisp.
“Ni delante ni detrás del vehículo vemos obstáculos que puedan constituir un problema durante su desplazamiento”, añadió.
Hoy comenzarán a funcionar dos antenas de “Curiosity” que facilitarán la comunicación con la Tierra. El robot no podrá iniciar hasta dentro de más de una semana las primeras investigaciones. Puede pasar incluso un mes hasta que comience a tomar muestras del terreno con su taladro.
El “Curiosity” aterrizó en Marte el lunes tras más de ocho meses de viaje. Se trata de la misión más cara y tecnológicamente más avanzada que ha sido enviada nunca al Planeta Rojo.
(Con información de DPA)
www.cubadebate.cu

lunes, 6 de agosto de 2012

EL CURIOSITY EN LA SUPERFICIE MARCIANA

Hizo historia. La primera imagen del Curiosity en el cráter Gale, momentos después de aterrizar en el planeta rojo. /(@NASA)

Dos horas después de llegar a Marte, a las 2.30 hora argentina, y transmitir su primera imagen del planeta rojo, el explorador Curiosity de la NASA envío otra, la primera de alta resolución. En blanco y negro, fue tomada por una de las cámaras del robot, ubicada en su parte trasera izquierda. En ella se ve el cráter Gale, donde aterrizó la nave. "El lugar de aterrizaje del Curiosity está empezando a estar en foco", dijo John Grotzinger, proyect manager del Laboratorio de Ciencia en Marte de la NASA. "En la imagen estamos mirando al noroeste. Lo que se ve en el horizonte es el borde del cráter. En primer plano, se ve un campo de grava. La pregunta es, ¿de dónde viene esta grava? Es la primera de las muchas preguntas científicas que llegarán de nuestra nueva casa en Marte", aseguró Grotzinger.
Esta imagen, 512 por 512 píxeles, tiene el doble de tamaño (en píxeles) que las primeras que envío. De todas maneras, esta es sólo la mitad de la resolución que puede tener la cámara. Durante las operaciones futuras, estas imágenes van a ser utilizadas por los navegadores de la misión y los conductores del robot para planificar su ruta de exploración. El Curiosity cuenta con otras cámaras, con capacidad de tomar imágenes en color y una resolución mucho mayor, que se espera que vayan enviando imágenes a la Tierra en los próximos días.
El robot Curiosity aterrizó hoy con éxito en Marte tras un viaje de 567 millones de kilómetros y es el explorador móvil más complejo enviado por la NASA al espacio. Mientras que las anteriores investigaciones llevadas a cabo en Marte (con las naves Viking I y II y los robots Spirit y Opportunity) se centraron en la búsqueda de agua, el objetivo de Curiosity es buscar rastros de vida durante los próximos dos años. Para eso está equipado con el Laboratorio Científico Marciano (MSL), compuesto por una decena de instrumentos de análisis para examinar el suelo, las rocas y la atmósfera marciana, que incluye un láser para pulverizar fragmentos de rocas que le puedan obstaculizar y un instrumento diseñado para detectar compuestos orgánicos.
La aproximación final de Curiosity al Planeta Rojo, conocida como los "siete minutos de terror", era la misión robótica más complicada jamás intentada por la NASA, debido a las características del explorador. Como un "transformer" desde que ingresó en la atmósfera marciana a 21.500 kilómetros por hora, la cápsula pasó en 420 segundos de cono envuelto en temperaturas de casi 900 grados centígrados a convertirse en grúa flotante sobre ocho cohetes y a algo parecido a una araña mecánica cuando se posó suavemente sobre el cráter Gale.
En ese momento, los responsables del equipo estallaron en risas y aplausos en la sede de la agencia espacial estadounidense en Pasadena, California, y para festejar un responsable de la misión distribuyó barras de chocolate de la marca Mars (Marte, en inglés) a todo el equipo de control. El presidente Barack Obama saludó la realización de una "hazaña tecnológica sin precedentes". La expedición requirió una inversión de 2.500 millones de dólares y abre la puerta a un futuro viaje tripulado al planeta, a mediados de la década del 2030.
diarioclarin