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LOS INVITO A DESCUBRIR LOS SECRETOS COSMICOS

lunes, 11 de marzo de 2013


BOSQUE DE CLUJ: UNA PUERTA DIMENSIONAL EN RUMANÍA

Javier Pérez Campos


A 500 kilómetros de Bucarest existe un bosque completamente alejado de las zonas frecuentadas por los turistas, en el cual acontecen toda clase de fenómenos anómalos: desde el avistamiento de platillos volantes, que han podido ser fotografiados, pasando por anomalías espacio-temporales, agresiones por parte de entidades invisibles o la repentina aparición de altos niveles de radiactividad, que han llegado a provocar graves dolencias a ciertas personas… 
La ciudad de Cluj-Napoca me recibió con un calor asfixiante, propio de la época estival. Cada vez más habituada al turismo, llegó a ser capital de la región de Transilvania. El taxi avanzaba a gran velocidad a través del extrarradio, que se encuentra repleto de industrias dedicadas a la investigación científica. Apoyado en mis rodillas, mi inseparable cuaderno Moleskine, repleto de anotaciones y con las míticas fotografías que un investigador rumano, Emil Barnea, había tomado en el interior del bosque de Hoia-Baciu, situado a escasos kilómetros del punto en que me encontraba. Fue hace más de cuarenta años, y aquellas instantáneas en blanco y negro, presididas por un enorme platillo volante de color negro, dieron la vuelta al mundo, llegando a publicarse en revistas como la prestigiosa The Flying Saucer Review y llamando la atención de ufólogos de la talla de Juan José Benítez.

Aquel 18 de agosto de 1968, Emil Barena se encontraba junto a tres investigadores en un claro de Baciu, buscando leña para encender un fuego que hiciera la tarde más llevadera. En cierto momento, escuchó los gritos de una de sus acompañantes, indicándole que mirara al cielo. Cuando levantó la vista, observó un gran objeto circular de aspecto metálico, que volaba a muy baja altura pero no hacía ningún tipo de ruido. Rápidamente, nuestro protagonista tomó su cámara fotográfica y realizó dos instantáneas sin flash.

Para su sorpresa y la de todos los allí presentes, el OVNI apareció majestuoso en las instantáneas durante el proceso de revelado, convirtiéndose en objeto de acaloradas disputas entre los especialistas. Los estudios efectuados a las imágenes demostraron que el No Identificado medía unos 30 metros de diámetro y se desplazaba a unos 600 de altura, en un ángulo de 85 grados sobre el horizonte. Los negativos fueron estudiados por varios analistas de Bucarest y por técnicos de la prestigiosa agencia de prensa rumana Ager Press. 
Todos llegaron a idéntica conclusión: no habían sido manipulados

akasico.com


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